miércoles, 11 de abril de 2007

Buenos piratas

Hoy es un día de esos donde el hambre de acordes y ritmos despierta en mí esa perdida y extraña sensación del arte, desde temprano el aire es ideal, y el calor se sienta sobre mis infrecuentes ánimos de sedentarismo, me interno en forma virtual a contemplar de las creaciones actuales, posibles temas de debate público, investigar acerca de escritores extranjeros y nacionales, saber como marcha la música chilena, no soy un experto en el tema, ni menos un profesional, sólo me intereso en escuchar.

En este improvisado rito casero de navegar por la Internet no busco de ninguna forma obtener nuevos conceptos de vida, ni pretendo realizar un cuestionamiento a la esencia del mundo moderno junto con esas contemporáneas aberturas del ego, sino que a resumidas cuentas, hoy me quedaré en casa.

Pienso y me detengo en la última contemplación, la música, mi compañera música, mientras recurro a sus servicios se aproximan a mi unas increíbles ganas de tener entre mis manos un disco original por donde se le mire, sí, que tenga en su interior un librito a la medida con imágenes de la banda a todo color, donde cuentan cómo fue posible la creación de la música, las ideologías que rozan las letras del disco y si tienes suerte encontraras en él cada una de las canciones escritas emulando una especie de karaoke arcaico acompañado de calcomanías fosforescentes con los rostros de los integrantes, que si las dejas durante todo el día en el sol podrán darte luz artificial durante toda la noche, si todo esto parece poco contiene un sistema que es inmune a los dedos de los malvados piratas, lo cual permite que seas el exclusivo receptor del video que muestra “lo que no se vio” de la grabación del connotado disco, sí, podrás ver por tus propios ojos los chascarros, las puteadas varias, peleas y patadas, caídas al suelo, risotadas perversas, lideres déspotas, notas desafinadas, cuerdas rotas, cuartos llenos de humo verde, curaderas nocturnas, y todas las cosas que pasan cuando se hace música, y aún hay más, dentro de esta bitácora multicolor musicalmente ornamentada se encuentran los siempre bien recibidos agradecimientos. Todos estos elementos hacen de la producción musical aún más rentable para las pretensiones de cualquier compañía y de cualquier “músico” (las comillas son sólo una suspicacia propia, del acercamiento al mercado, o sea mi cuota de chaquetero… perdón, creo que todos la tenemos).

En mi afán de la posesión absoluta de un material sonoro que “no mate la música”, se levanta un muro que me impide cumplir con mis expectativas, el precio. No faltará quién se explaye diciendo que “si realmente quieres algo te esfuerzas por ello” e inundará el lugar de frases cliché, que en cierta medida a mi juicio pueden estar cercanas a la realidad… pero de ellos. La verdad es que realmente es tan barato comprar un disco pirata o bajar temas en la Internet, que los tildaría de medios ampliamente populares para la evolución o involución de la música, pues lo que hoy suena en las radios y está en la vanguardia juvenil es rebeldemente patético. A pesar de esto en cierta medida creo que las gigantes disqueras y artistas deberían agradecer a los corsarios del sonido, por acercar su música a la gente, pues gracias a esto muchos mantienen vigentes las modas y los más fanáticos después de apoderarse del “elemento prohibido” van por el original, a unos les cuesta más y a otros menos, existen aquellos que sacan los billetes azules simplemente de su inflada billetera de cuero europeo también original y también están los que peso a peso o cuota a cuota logran poseer su anhelado disco.

Entonces después de ver que el plagio musical no era del todo “malo”, realmente el sonido es idéntico en la mayoría de los casos, a no ser que la suerte te de la espalda y un vendedor tuerto te venda gato por liebre o miranda por nirvana, surgieron en mí una serie de preguntas… ¿tendrán en consideración el apoyo de los piratas las disqueras? pues los artistas son en su mayoría quienes realizan las campañas antiplagio, mientras que simplemente las grandes empresas se cruzan de brazos para esperar los números positivos al final de cada mes, lo que digo se explica simplemente con decir que cuándo se ha visto a una gran disquera quebrar, nunca, son los artistas quienes se quedan, desaparecen u optan por la salida más fácil, venderse a lo que vende.

Después de tomar conciencia del muro que me prohibía paso a conseguir lo que quería y de despertar más de alguna duda acerca de la relación del mercado negro musical con la industria autóctona, se disolvieron mis ganas de tener algo original y me conformé con mis temas que tengo en mi computador y mi roñoso, desgastado, pero fiel mp3 y decidí seguir paseándome los sábados por la feria para conversar con aquel perseguido, mal mirado, odiado y en algunas ocasiones muy carismático tuerto pirata de música, pues prefiero matar la música, como dicen, que ayudar a los mismos que seguirán haciendo lo mismo y ganando lo mismo.

2 comentarios:

.*.* GoV *.*. dijo...

la vola negro me encanto el comentario, no lo habia leido, tu cachay como soy yo media deja pa mis weas, esta bacan, como reflejay la realidad de la vola pirata y el no mates la musica, palabras de acierto, pero tengo ke recalcar que me gusto mas ke la chucha esta wea "cuartos llenos de humo verde"
te kero negro makabeoooooo

Italo Salazar Passadore dijo...

la verdad yo no me mamé entero el comentario, pero sí quería recalcar que encuentro más que positivo que ocupí este espacio para la music...súbete su par de mp3 y tamo