Primero fue nuestro místico tren, ruidoso, saltarín, sucio y rayado, que fue llevado al total olvido por un copión “metro”, que rozando los límites de la modernidad francesa, aún sufre de problemas técnicos y se detiene a medio camino, cuando piensas inocentemente suplir por este medio, cualquier tipo de atraso matutino. Eso no les bastó a las autoridades de la zona con aires de europeos, admiradores de sus perfectos sistemas que funcionan perfectamente para su perfecta sociedad de mierda, pues ahora nos están quitando uno de nuestros mayores tesoros que nos diferencian de la capital del país además de la playa y los chalecos de La Ligua: el colorido de las micros.
Gracias a esta ultra chanta imitación de micros santiaguinas se están divisando una serie de maquinas identificables con números grandes y las letras de las ciudades diminutas, pintadas de colores uniformes que nos están invadiendo, sí señores, nos atacan perversamente, su pretensión mayor es desviarnos de nuestro destino, uno de los especímenes más extraños son las temidas “micros mutantes” son de características únicas en el mundo: su mitad consta de un color uniforme y la otra aún continua con los antiguos colores vivaces, a esto se suma la fusión de carteles con números que superan la centena, con los carteles específicos de antaño, pero también hay vestigios de uno de los fenómenos más aterradores y crueles del planeta, se trata de las horrorosas “rompehuesos mutantes” se dice que son las más subversivas, que se reniegan a cambiar y aún sobreviven sobre las deterioradas vías públicas porteñas, dando la apariencia de apacibles por fuera, pero todos sabemos que las apariencias engañan.
Estos nuevos vehículos, según declaraciones de los encargados del proceso de transporte, aseguran el perfeccionamiento para todas las personas en los desplazamientos que realicen diariamente y un tránsito más expedito para acelerar nuestros deberes, pero verdaderamente no lo he visto por ningún lado, tengo que rezar (es sólo una forma de decir) antes de subirme a estas micros con uniforme, porque nunca se sabe si pasarán por tu destino, y las dudas no se despejan ni siquiera preguntándole al chofer: ¿pasa por…? es que ni ellos saben donde van, en muchos casos son nuevos en el recorrido y con la mala suerte que poseemos algunos, nos tocará justo en su día de prueba y… ¡llegamos tarde¡
Parece que no hay vuelta atrás con esta mórfosis rodante, una vil imitación de santiago, sólo queda el recuerdo de aquellas micros que adornaban las ciudades de Valparaíso y sus alrededores, aquellas místicas llevadas “por cien” y esas entretenidas carreras a toda velocidad por pasajeros, pero creo que aún tenemos un consuelo, debemos cuidar lo que nos queda las únicas cosas que nos identifican, las playas y los chalecos de La Ligua, o el próximo año nos llenaremos de smog y le llamaremos marraqueta al pan batido.
sábado, 7 de abril de 2007
Mutación vehicular
Confundido, hasta un poco temeroso, me encuentro con esta nueva situación que se está viviendo en las calles de nuestra región, es que esta metamorfosis rígida y repentina de la vista, está volviendo loco a mi sentido de ubicación y está siendo un verdadero atentado terrorista para mis normas anormales de estabilidad.
Cuando naces y vives en un lugar durante la mayoría de tu vida, tomas tan cotidianamente todo lo que transita a tu alrededor que si algo llegara a cambiar lo notas inmediatamente y es como si te faltase algo, un pedazo de ti, algo parecido me ocurre con el nuevo sistema de transporte metropolitano de Valparaíso (TMV).
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1 comentario:
yo digo que si esa enchulada no sale en MTV no me importa ademas donde esta el tio parrillero que nos recoge en las noches tzz sin creditos pa el el blog no es de los chorizos avispa po longi bubis chayaamm (chao charlyy)
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